Análisis de los aspectos débiles y mejoras reflejadas en los
escritos reflexivos
Es evidente que la reflexión realizada por el alumno sobre
su propio aprendizaje, y sobre su trabajo es una de las partes fundamentales
del port-folio, y si bien las evidencias o trabajos pueden aportar muchos datos
a la persona que evalúa dicho port-folio de mayor interés aún pueden ser ese
análisis que realiza el propio alumno de su aprendizaje. Pues aunque una imagen vale más que mil palabras, y
en nuestro caso esa imagen sería la evidencia,
en este caso esas palabras, ese discurso de reflexión puede ser más ilustrativo
para una evaluación, pues presenta la gran ventaja de saber cuales han sido los
logros, las dificultades encontradas en el recorrido de aprendizaje, la
valoración personal del trabajo en sí … información muy valiosa para el
profesor quien podrá tras evaluar esta parte del port-folio:
-
plantearse una posterior reflexión sobre sus objetivos,
criterios y tareas de evaluación.
-
Reconducir su programación y analizar porque el alumno
presenta ciertas dificultades.
-
Valorar positivamente las mejoras del alumno.
Por lo que esta reflexión será evidentemente la que defina
la propuesta de nuevas tareas, nuevos trabajos y nuevas actividades que se
conviertan en futuras evidencias. Según esto una evaluación del port-folio
invitaría al profesor a plantearse continuamente su aprendizaje, a hacer de su
programación un documento abierto, aspecto que enriquece su metodología y que
le ayuda a modificar aquellos aspectos que considera menos acertados en su
proceso de enseñanza.
A modo de conclusión decir que la reflexión sobre el
aprendizaje hace que tanto profesor como
alumno, se replanteen hacia donde
dirigir su desarrollo no personal pero sí profesional y académico.
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